
El K-pop es un fenómeno mundial que, aunque se ha popularizado en el mundo occidental, sigue siendo incomprendido por algunos.
La música es una de las artes más personales y subjetivas que existen: la voz del artista, la letra de un verso y el solo de guitarra que raspan algo en el cerebro, evocan experiencias de vida pasadas y recuerdos lejanos. Muchas personas no escuchan K-pop simplemente porque tienen otros gustos musicales, algo completamente respetable y comprensible, mientras que otras aprovechan cualquier oportunidad para ponerlo en duda. De hecho, existen algunos elementos objetivos que hacen que este género sea fácilmente criticable para los oyentes menos pacientes. ¡Descubrámoslos juntos!
El K-pop: un género a veces incomprendido
El primer motivo es evidentemente de naturaleza lingüística, al menos a nivel europeo. El coreano, de hecho, no es una de las lenguas más conocidas y, a menos que se tenga una pasión particular por esa cultura específica, puede resultar difícil de abordar. A esto se suman elementos socioculturales y antropológicos, ya que el cerebro humano tiende a rechazar lo que no le resulta inmediatamente claro. Esto ocurre sobre todo hoy en día, en la era digital, donde estamos acostumbrados a obtener todo de inmediato sin que se nos pida un esfuerzo crítico.
Esta resistencia hacia el K-pop no solo tiene que ver con barreras lingüísticas o culturales, sino que también está influenciada por estereotipos y prejuicios racistas. Algunos lo describen como artificial o "demasiado construido", ignorando la disciplina y dedicación que los artistas ponen en cada performance. Tales comentarios no son solo críticas musicales, sino que desembocan en un rechazo hacia las expresiones artísticas no occidentales, ya que el miedo a lo desconocido genera odio y desprecio.
Pero, viendo la misma cuestión desde otra perspectiva, es precisamente su aparente inaccesibilidad lo que representa la riqueza del K-pop. De hecho, es un género musical que, para ser apreciado, no requiere necesariamente comprender la letra. A un primer escucha, las canciones son pegadizas, la melodía es alienante y energizante, y la sofisticación del sonido es increíble. La profesionalidad de los artistas es indiscutible, ya que es mucho más difícil mover los corazones de las personas solo con el sonido de la voz que con las palabras, que son inmediatamente percibidas por los oyentes.
A un segundo nivel de análisis, la escritura es extraordinaria, y algunos textos son realmente poéticos. Esto resalta cómo el K-pop puede ser una forma de arte completa, capaz de unir diversas disciplinas: música, danza, narración visual e interpretación. Tal vez, en realidad, sea justo que el K-pop no sea un género musical apreciado por todos. A veces, esto requiere paciencia y dedicación, así como un espíritu crítico que solo las mentes más curiosas poseen. Obviamente, como ya se mencionó antes, hay quienes simplemente tienen otros gustos musicales y, después de informarse, eligen respetuosamente no escucharlo. Esta selectividad hace que el K-pop sea especial, como si fuera un viaje cultural y emocional que invita a explorar lo desconocido, derribar prejuicios y reconocer la belleza que existe en las diferencias.
Les dejamos con la música de LE SSERAFIM, una de las girlbands coreanas más conocidas.